En el mercado hay mucha gente con determinados deseos insatisfechos. Esto sirve de hoja de ruta para que las empresas ofrezcan bienes y servicios que satisfagan las necesidades de los clientes en los aspectos que más importan, como la calidad, la variedad, la atención al detalle y la asequibilidad.
Los mercados reales y potenciales son las dos categorías que hay que tener en cuenta. El primer grupo está formado por personas que suelen comprar un determinado producto, mientras que el segundo está formado por clientes potenciales que podrían adquirirlo.
Una empresa de estudios de mercado examina y moldea un conjunto de consumidores con atributos comparables mediante la segmentación del mercado. Esto es significativo porque los consumidores de cada grupo tienen necesidades y deseos similares respecto a un bien o servicio.
La importancia del cliente en los estudios de mercado
A la hora de definir los parámetros de la estrategia de marketing de cualquier producto o servicio, el comportamiento del consumidor desempeña un papel importante. Cada consumidor es diferente y basa su elección en una serie de factores culturales, sociales, psicológicos y personales.
A la hora de realizar un estudio de mercado se tienen en cuenta tres consideraciones principales:
Culturales: Clase social, prácticas, creencias y cultura.
Sociales: Afiliación a un grupo, familia, posición y referencias.
Personales: Edad, profesión, situación económica, modo de vida, disposición y estilo.
Conozca a fondo su producto
Una empresa de estudios de mercado le proporciona los datos sobre su producto que necesita para sacar el máximo partido de todas sus características. Se considera producto o servicio todo lo que puede proporcionarse para satisfacer una necesidad o saciar un deseo. Se clasifican en dos categorías: artículos duraderos o no duraderos. Dependen de su funcionamiento en el mercado. Por ejemplo, no es lo mismo un desodorante poco duradero que un refrigerador que funciona durante mucho tiempo.
Todo producto tiene un ciclo de vida que se divide en las cuatro etapas siguientes:
Introducción: El producto se introduce en el mercado durante esta fase lenta. Normalmente, en este punto no se obtienen beneficios.
Madurez: El producto ha estabilizado sus ventas y su producción, y se ha establecido su lugar en el mercado.
Declive: Retirada forzosa de un producto del mercado debido a las bajas ventas.